Salir a pedalear un domingo ya no es solo una actividad recreativa, se ha convertido en una tradición que une a comunidades enteras en distintas ciudades de Latinoamérica. Bogotá, Ciudad de México, Morelia, Santiago y Lima tienen algo en común: todas decidieron abrir sus calles a las bicicletas y a la gente. Así nacieron los domingos de bici, jornadas que transforman el espacio urbano en lugares seguros, libres de autos y llenos de vida.
Lo que comenzó como una propuesta ciudadana para ganar espacio en las calles, hoy es parte de la identidad de estas ciudades que buscan ser más sustentables y humanas. Los domingos de bici no solo promueven la actividad física, también generan convivencia, fomentan la cultura vial y reducen la contaminación.
Calidad de vida, actividades al aire libre y espacios públicos
Los domingos de bici han demostrado que las ciudades pueden transformarse cuando se prioriza a las personas sobre los automóviles. Estos recorridos ofrecen la oportunidad de realizar actividades al aire libre, aprovechando los espacios públicos como avenidas, parques y calles principales que por unas horas dejan de estar dominadas por el tráfico.
Lo más interesante es la amplia variedad de beneficios que generan: desde fomentar la salud física y mental, hasta impulsar la convivencia ciudadana mediante diversas actividades culturales, deportivas y recreativas. Cada ciudad que adopta este modelo convierte sus calles en verdaderas áreas recreativas y espacios abiertos donde las familias, ciclistas y peatones conviven en un entorno seguro.

Además, los domingos de bici permiten redescubrir la ciudad de otra manera. Las avenidas emblemáticas se convierten en parte del paisaje comunitario y del mobiliario urbano, reforzando la relación entre la gente y su entorno. Incluso el transporte público se integra a estas dinámicas, adaptándose para que los usuarios puedan combinar la bicicleta con otros medios de movilidad.
En este sentido, los paseos dominicales no solo enriquecen el día a día de quienes participan, también forman parte de un estilo de vida más saludable, vinculado a una estructura urbana que busca ser más sustentable. Con el paso del tiempo, estas iniciativas impactan positivamente en la movilidad, la calidad del aire y la forma en que se disfruta la ciudad.
Bogotá: el inicio de un movimiento
En Bogotá, Colombia, nació la primera experiencia formal de ciclovías recreativas. A mediados de los años 70, un colectivo independiente organizó recorridos para protestar por la falta de seguridad vial y de espacios para ciclistas.
Ese esfuerzo derivó en la Ciclovía Bogotá, que en 1976 comenzó a funcionar de manera oficial. Lo que en un principio fueron apenas 34 kilómetros, hoy alcanza más de 127 km de calles cerradas a los autos, donde cada domingo y día festivo se reúnen más de un millón de bogotanos. Allí, los domingos de bici se convirtieron en una tradición que marca la identidad de la ciudad.

Ciudad de México: calles emblemáticas sin autos
En la capital mexicana, el programa Muévete en Bici inició en 2007 con el objetivo de fomentar el uso de la bicicleta como transporte sustentable y abrir las calles al disfrute ciudadano. Desde entonces, cada domingo, avenidas principales como Paseo de la Reforma se convierten en corredores seguros para ciclistas y peatones.
Actualmente, el recorrido abarca más de 60 km y conecta puntos icónicos como el Zócalo, la Fuente de la Diana Cazadora y el Ángel de la Independencia. Con una asistencia semanal de más de 90 mil personas, los domingos de bici en la CDMX se han convertido en una de las celebraciones urbanas más grandes del país.

Morelia: una ciclovía hecha por su gente
En Morelia, Michoacán, la Ciclovía Recreativa Dominical nació hace 14 años gracias al esfuerzo de ciudadanos organizados en la asociación “Bicivilízate Michoacán”. Con apoyo de voluntarios, estudiantes e instructores, esta iniciativa convirtió un tramo de 5 km en un espacio seguro para pedalear cada domingo.
Hoy, entre 6,000 y 7,000 personas disfrutan de este recorrido comunitario, donde los domingos de bici se viven en un ambiente familiar y cultural que refleja la unión de la ciudadanía.

Santiago de Chile: la Ciclorecreovía
En Santiago, la Ciclorrecreovía se puso en marcha en 2006 para beneficiar a más de 12 comunas de la capital. El recorrido abarca 23 km sobre avenidas principales como Andrés Bello y Pocuro, y está disponible todos los domingos.
Lo que distingue a Santiago es la combinación de apoyo ciudadano y privado, que permite servicios como hidratación, atención médica y seguridad vial. Así, los domingos de bici en la capital chilena se han consolidado como un espacio recreativo que reúne a decenas de miles de personas cada semana.

Lima: el recorrido que conecta la ciudad
En Perú, la Ciclovía Recreativa de Lima comenzó en 2011 impulsada por la Municipalidad y la Red de Ciclovías de las Américas. Su recorrido de 6 km atraviesa la avenida Arequipa y conecta distritos como Lince, San Isidro y Miraflores.
Cada domingo, miles de limeños disfrutan de una ciudad distinta: libre de autos, con aire más limpio y espacios de convivencia. Los domingos de bici limeños se han convertido en una costumbre que fortalece tanto la salud como el sentido de comunidad.

Un movimiento que sigue creciendo
De Bogotá a Lima, los domingos de bici han transformado la manera de vivir la ciudad. Más que recorridos recreativos, son un recordatorio de que las calles pueden ser espacios de convivencia y salud, no solo vías para los automóviles.
En México, estas iniciativas han dejado huella en distintos niveles: desde la magnitud de la capital con miles de ciclistas, hasta la fuerza comunitaria de Morelia. Lo que comenzó como una protesta social se ha convertido en un ejemplo de movilidad sustentable y participación ciudadana en toda Latinoamérica.
Así que, si te quedaste con ganas de leer más y seguir explorando cómo las ciudades reinventan sus espacios a través de la bicicleta, existen propuestas inspiradoras como los paseos nocturnos que muestran otra cara del espacio urbano, o bien, puedes descubrir desde casos reales y recopilaciones sobre la importancia de las ciclovías y su impacto en este libro ;).